“Mi peso es mi amor; él me lleva doquiera soy llevado” (C 13,9,10)
“La raíz se halla profundamente afianzada en tierra; en donde está nuestra raíz, allí está nuestra vida, allí está nuestro amor” (CS 36,s.1 ,3). “Si se enfría nuestro amor, se entumece nuestra acción” (CS 85,24). “Oye, pues, de una vez un breve precepto: ama y haz lo que quieras; si callas, clamas, corriges, perdonas; calla, dama, corrige, perdona movido por la caridad. Dentro está la raíz de la caridad; no puede brotar de ella mal alguno” (TCJ 7,8) “El que se pasa al lado de Cristo, pasa del temor al amor y comienza a poder cumplir con el amor lo que con el temor no podía” (S 32,8). “Dos amores han dado origen a dos ciudades: el amor de sí mismo hasta el desprecio de Dios, la terrena; y el amor de Dios hasta el desprecio de sí, la celestial…” (CD 14,28). “No hay amistad verdadera sino entre aquellos a quienes Tu aglutinas entre si por medio de la caridad” (C 4,4,7). “Bienaventurado el que te ama a ti, Señor; y al amigo en ti, y al enemigo por ti, porque sólo no podrá perder al amigo quien tiene a todos por amigos en aquel que no puede perderse” (C 4,9,14). “Amas al amigo cuando odias lo que le daña” (S 49,5). “No te hallarás sin la amistad de tu prójimo allí donde tendrás a Dios por amigo” (S 299D,6). “La verdadera amistad no se mide por intereses temporales, sino que se bebe por amor gratuito” (Ca 155,1,1). “Nada manifiesta mejor al amigo como llevar la carga del amigo” (OC 71,1). “Donde hay benevolencia hay amistad” (SM 1,11,31).